En este poema – Curva de la decimotercera pareja del poemario Mixtilíneas la crisis muda en renacimiento.
Al final del paseo de los abedules
Surge majestuosa la vieja casona,
Grandes bloques de piedra caliza la sustentan.
Sobre el dintel de la puerta, el escudo familiar.
Amplios balcones con bellas balaustradas de filigranas de forja
Vigilan el jardín, arrebatado al bosque.
Animales salvajes y domésticos conviven sin mezclarse.
El rumor de un arroyo.
El húmedo aroma que trae el viento.
Una pálida figura aguarda tras la ventana.
A la frágil luz de un candil, dormita,
Recuerda el primer amor,
El primer beso que le robaron,
El primer hijo,
La primera despedida…
Ahora ya, apenas huesos enfundados en piel marchita,
Enferma exhala su último deseo…
Aferrarse a la vida verdadera.
Fuegos fatuos a través de la ventana
Vuelan libres y brillantes
Sobre los abedules, la casona y el arroyo.
Convertida en esencia de mujer,
Luz y energía.
Puede ser lo que siempre soñó.
Tan solo ella.
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