Categoría: LA CIÉNAGA PLATEADA
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El bosque envenenado
Si esa luz de la que hablas existiese, Alguna vez hubiese sentido su brillo deslizarse entre los árboles. Sin embargo, están ahí, donde han estado desde siempre. Detrás de la ventana, La sombra de sus sombras me seduce cada noche. Oigo la voz oscura y sensual Del bosque envenenado por la pasión de la…
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Salir de tus dominios
Salir de tus dominios; Cabalgar por valles y montañas hasta sentirte irreal, Casi un espejismo. Recorrer con la vista mi universo Y no encontrar rastro de tu señorío, De la almena donde juraste Que con la reina no se juega al ajedrez. Al otro lado, Serán otros los siervos, Los guardias, al menos, serán los…
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En la quietud de los árboles
En la quietud de los árboles, Las silentes aguas del lago, gélidas y adormecidas, Se alimentan del aire frío que se desliza de las montañas. Ese es mi reino, ahora. Sin súbditos ni guardias protegiendo la almena. Sin bufones ni caballeros batiéndose en duelo. Subo las empinadas escaleras de piedra Todos los días, Dibujo con…
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Caballero de luz – Poema de desamor
Esta vez no habrá tragedias; Nadie escupirá en cariátides adosadas a mi aorta, Ni contratará plañideras para velar el nacimiento de la culpabilidad Después de regar en mi ventana con el semen de la muerte. Ni siquiera tú, Aunque fueras luz. Al fin y al cabo, No es difícil ser luz en la noche cerrada.…
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Amanecí en el bosque
Amanecí en el bosque de los álamos. Las cristalinas aguas del lago decían mi nombre. Me sumergí desnuda y desperté del letargo.
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En el bosque encantado
En el bosque encantado tenían nenúfares las aguas, y en las orillas helechos y líquenes, Largos árboles salpicados de musgo y flores Esperan. Apenas un eco. Junto el puente, un caballo. Y en el suelo, una espada de oro. En el lago, sirenas y ninfas aguardan al héroe perdido.
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Había un pájaro herido
Había un pájaro herido flotando en el lago; Siluetas de duelo dibujan en el cielo danzas de muerte. Quiso ser mar; Y no llegará a verlo.
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Había una diosa de mármol
Había una diosa de mármol sin cabeza dentro del lago; Gran pedestal con bordados de algas e insectos acuáticos. Lejos el mar; Y ella debajo.
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Sentarse en el borde
Sentarse en el borde y admirarlo; Cuanto poseo: esquinas y paredes en ruinas; Arrasarlo. Después, quizá, vallarlo y construir; Y ya en mi torre, contemplando el lago, Nada quede lejos, todo en mi Reino; ¿Todo?… Comenzaré de nuevo: Perderse en el espacio, Me posee, y le dejo.
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La Ciénaga Plateada – Poema de amor
Has emergido de la ciénaga plateada, henchido de paz, preso entre las garras de aquella bestia feroz; Aunque la amas. ¿Cómo amordazar entonces el delirio que alimentas si con tanto desamor has hecho trenzas de metal que, abriéndose, pesadas e implacables, cuelgan de mis hombros hundidos hasta perderse? Desde ahí afuera pretendes ser luz, la…